Universitarios apoyan a la Caravana Migrante
Alberto Fregoso Méndez
Con motivo del paso por Puebla de la Caravana Migrante de centroamericanos en su trayecto a Estados Unidos para encontrar mejores oportunidades tanto en lo social como en lo económico que se les niegan, por diversos factores, en sus países, la IBERO Puebla emprendió una colecta de víveres para brindarles apoyo humanitario.
Debido a la falta de tiempo y de certeza de las fechas de llegada de la caravana a la ciudad, la colecta de víveres fue breve y fueron entregados el 26 de octubre en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, ubicada en la colonia Aquiles Serdán.
Fue en presencia del padre Gustavo Rodríguez Zárate que la comunidad universitaria entregó 81 cepillos de dientes, 50 pastas dentales, 52 jabones de barra, 49 botellas de shampoo, 17 bolsas negras con ropa para adultos y niños, una bolsa de mochilas, mil 400 pañales, papel higiénico, una carreola y alimentos como galletas, bolsas de arroz y frijoles, leche en polvo para niños, papillas y botellas de agua.
En una breve entrevista para Contratiempo, Julio González Flores, jefe del Programa de Acción Profesional e Incidencia Social, mencionó que la decisión de pedir principalmente artículos de higiene personal se debió a que éstos son más prácticos para transportar en una mochila, que es el único equipaje que cargan los migrantes en su recorrido.
Por otra parte, González Flores mencionó que la entrega del apoyo fue en colaboración con el grupo ASE IBERO, becarios del programa CAPI (Centro de Acopio Permanente) y alumnos que se sumaron tras enterarse por voz de otros compañeros. Del mismo modo integrantes del equipo de rugby colaboraron a cargar la camioneta institucional con los víveres recolectados, y tres estudiantes de intercambio originarias del País Vasco apoyaron con la entrega de los víveres en el albergue.
Al momento de la entrega no había presencia de migrantes, pues la parroquia apenas se estaba preparando para recibirlo, pues aunque se tenía previsto que llegaran el 26 de octubre, fue hasta el domingo 4 de noviembre que los primeros integrantes de la caravana arribaron a las instalaciones.
González Flores narró que se solicitó apoyo de la comunidad universitaria para atender entre mil 500 y tres mil personas que llegaron a este punto, por lo que del 4 al 5 de noviembre se trabajó de manera conjunta con las autoridades de la parroquia.
“Parte el corazón ver la situación de esta gente; lo vemos desde los medios de comunicación, pero cuando lo ves en vivo es muy, muy difícil. Te empiezan contar sus anécdotas, el camino que llevan es incierto y esta parte termina por sensibilizarte mucho. Las nacionalidades quedan de lado ante estas situaciones”, expresó González Flores.
Sin embargo, lamentó que la falta de difusión para la recolección de víveres sigue siendo una constante, al poner como ejemplo que el mismo día que llegaron los migrantes había una gran cantidad de gente que quería donar de último momento, lo que ocasionó que hubiera un poco de desorganización, por lo que consideró que de haber mejor difusión y organización previa, la ayuda llegaría en mayor cantidad y de forma más fácil.