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Manual de lenguaje incluyente

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Para empezar…

 

¿Qué es el sexo?

Es el conjunto de características biológicas y fisiológicas que tenemos al nacer que nos identifican como hombre y mujer.

¿Qué es el género?

Es un constructo social, cultural e histórico, con el cual se asignan determinados roles o atributos a cada sexo, con base en estereotipos o la situación del contexto que se viva en un determinado momento.  El género se aprende, pues define lo que socialmente significa ser hombre y mujer.

Un ejemplo serían frases como “los hombres no lloran”, “las mujeres a la cocina”.

¿Somos diferentes?

Sí existe una diferencia física entre los sexos, sobretodo en cuestiones físicas; sin embargo, el género, al basarse en estereotipos o contextos sociales, ha servido para establecer relaciones de poder que van más allá de las diferencias físicas, dando prioridad a lo masculino.

¿Qué es la perspectiva de género?

Es una forma de análisis de la realidad, con la cual se buscan las desigualdades en la sociedad, es decir, el impacto diferenciado que pueden tener ciertos aspectos de nuestra vida comunitaria, en relación a las mujeres y otros grupos vulnerables, como comunidades LGBT, pueblos indígenas, niños, niñas y adolescentes.

Un ejemplo de esta perspectiva sería un estudio sobre la participación de mujeres en el sector laboral informal, es decir, tienen menos acceso a prestaciones de ley, en comparación de los hombres, y cómo esto las afecta.

¿Qué es el lenguaje incluyente?

Es aquella forma de expresarse que evita el uso de las palabras en masculino como un neutro; es decir, se buscan expresiones que visibilicen a las mujeres en la comunicación, y se evitan generalizaciones con el uso de palabras que hacen referencia sólo a los hombres. Este tipo de lenguaje además rechaza los estereotipos de género.

De acuerdo con la Guía de Lenguaje Incluyente del Instituto Nacional de las Mujeres de México:

Es un elemento que reconoce a las mujeres y a los hombres tanto en lo hablado como en lo escrito, manifiesta la diversidad social e intenta equilibrar las desigualdades. El lenguaje incluyente contribuye a forjar una sociedad que reconozca e integre la diversidad, la igualdad y la igualdad de género.

¿Por qué es importante el lenguaje incluyente?

En los países donde se habla español, es común que se recurran a expresiones que hagan referencias generales en masculino –“los ciudadanos”, “los electores”, “los estudiantes”-, lo cual provoca, muchas veces inconscientemente, que se oculte la participación de las mujeres en la vida social y pública.

La idea del lenguaje incluyente o el lenguaje no sexista, es hacer evidente la presencia de las mujeres, pues, como se dice comúnmente, “lo que no se nombra no existe”.

Es una forma de incluir la perspectiva de género en nuestra comunicación diaria, y democratizar el lenguaje.

 

Al escribir

La principal recomendación al escribir un texto o al hablar, es evitar el uso del masculino como genérico, es decir, buscar expresiones neutras o usar expresiones en masculino y en femenino, para hacer evidente la presencia de los dos sexos.

Algunas recomendaciones son:

Uso de sustantivos neutros o comunes

Buscar las expresiones en neutro de determinadas palabras cuando se refieran a grupos o para hacer generalidades.

EVITAR: El hombre, los ciudadanos, los mexicanos, los niños, los trabajadores, los alumnos.

USAR: La humanidad, la ciudadanía, la población mexicana, la infancia, las personas trabajadoras, los estudiantes.

 

Desdoblar los géneros

Hacer mención clara de los dos sexos cuando sea conveniente

EVITAR: Los maestros, los campesinos, los padres, los investigadores, los niños, los alumnos, los jóvenes, los periodistas.

USAR: Las maestras y los maestros, las campesinas y los campesinos, los padres y las madres, las y los investigadores, las niñas y los niños, las alumnas y los alumnos, las y los jóvenes, las y los periodistas.

 

Incluir la palabra “personas”

Para referirse a algún grupo, se puede incluir la palabra “personas” o “personal” para ampliar su aplicación.

EVITAR: servidores públicos, médicos, refugiados, desplazado, los jóvenes, el solicitante.

USAR: el personal servidor público, el personal médico, las personas refugiadas, las personas desplazadas, las personas jóvenes, la persona solicitante.

 

Emplear pronombres

Para cambiar expresiones a neutros, se pueden emplear pronombres posesivos, personales, relativos e indefinidos.

EVITAR: Los participantes, los asistentes, el juez, “cuando uno”.

USAR: Quienes participen, quienes asistan, quien juzgue, “cuando alguien”.

 

Modificar verbos

Ayuda a establecer una redacción impersonal, por ejemplo, al pasar los verbos a la segunda o tercera persona del singular, o al imperativo.

EVITAR: “Uno acude”, “cuando el alumno necesita”, “los interesados”.

USAR: “se acude”/”acudimos”, “cuando se necesita”, “si te interesa”.

 

Omitir el genérico masculino

En ocasiones, se pueden eliminar las expresiones genéricas masculinas sin afectar el sentido de lo que se quiere decir.

EVITAR: “Comenta con tus compañeros”, “en la biblioteca de permite a los usuarios…”

USAR: “Comenta”, “en la biblioteca se permite…”

 

Uso de abstractos

En vez de usar los masculinos genéricos para hablar de un puesto o cargo, usar la expresión en abstracto.

EVITAR: los coordinadores, jefe de departamento, directores.

USAR: las coordinaciones, las jefaturas de departamento, titulares de las direcciones.

 

Títulos, carreras y cargos

Se recomienda no usar el masculino para referirse a mujeres que ocupan determinados cargos o que tienen alguna profesión en específico.

EVITAR: La notario, la jefe de departamento, la médico, la juez.

USAR: La notaria, la jefa de departamento, la médica, la jueza.

 

Evitar expresiones discriminatorias

Hay ciertas palabras que, cuando se usan en femenino, tienen una valoración discriminatoria, o un significado distinto al que tiene en su expresión masculina, por lo que hay que evitar el uso de estas palabras:

Ejemplo: “mujer pública”/”hombre público”.

 

 

Cuidar expresiones sobre las comunidades LGBT

Hay una serie de expresiones que se usan comúnmente para referirse a estas poblaciones, que refuerzan estereotipos o que contienen una carga discriminatoria, por lo que hay que evitarlas.

EVITAR: “personas con preferencias sexuales diferentes”, afeminado, machorra.

USAR: “población LGBTTTI”, gay/homosexual, lesbiana.

 

Personas con discapacidad

Al usar la expresión “persona con discapacidad”, ponemos primero a la persona y en segundo lugar a su condición, es decir, no se le valora por sus capacidades sino por ser personal. La expresión incluso es la empleada en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, por lo que es el más incluyente.

EVITAR: Inválido, minusválido, persona con capacidades diferentes, retrasado mental, invidente.

USAR: Persona con discapacidad, persona con discapacidad motriz, persona con discapacidad física, persona con discapacidad intelectual, persona con discapacidad visual.

 

Personas indígenas y afrodescendientes

Estos sectores también han sido discriminados históricamente, por lo que existen expresiones que socialmente son vistas como normales, pero que discriminan a estas personas.

EVITAR: indios, minorías étnicas, personas de color, negros

USAR: personas indígenas, pueblos indígenas, población afrodescendiente/afromexicana, personas de origen africano.

 

Personas mayores

Se consideran como personas mayores a quienes tienen más de 60 años de edad.

EVITAR: Viejitos, personas de la tercera edad

USAR: personas adultas mayores

 

Evitar

Aunque hay ciertos recursos que se emplean con el fin de emplear un lenguaje más incluyente en cuestiones de género, su uso no se recomienda.

No usar el arroba

El @ no tiene un sonido en sí, y hay más herramientas lingüísticas con las cuales incluir a las mujeres en nuestras expresiones diarias.

Diagonales o paréntesis

Aunque estos se usan normalmente en formatos, en la redacción no se recomiendan, y es mejor recurrir a las recomendaciones hechas.

Ejemplo: El/la/los/las interesados. Mejor: Las personas interesadas.

 

Al buscar y organizar la información

Cuando hacemos entrevistas, cubrimos determinados eventos, realizamos alguna investigación o cualquiera que sea nuestra función en los medios, debemos tener presentes algunas recomendaciones para poder tener una cobertura más incluyente.

 

Nombrar con nombre y apellido

En ocasiones a las mujeres se les conoce sólo por su relación, sea familiar o personal, con algún hombre, lo cual opaca sus logros personales, por eso hay que nombrar a la mujer con nombre, apellido y cargo. Además, en México está arraigado referirse a una mujer como “la señora de” lo cual también se debe evitar.

EVITAR: “Nancy, esposa del diputado local José Juan Espinosa Torres, es diputada federal”.

USAR: “Nancy de la Sierra Arámburo, expriista y diputada federal por el Partido del Trabajo”.

 

Dar el mismo tratamiento a hombres y mujeres

Esto va de la mano con el punto anterior. Cuando una mujer llega a un cargo de importancia, es común que se le pregunte acerca de su familia o de su vida personal, cuando a los hombres en situaciones similares no se le cuestiona al respecto.

Esto incluye además el referirse a cómo se visten las mujeres en un determinado evento público, pues no se hace lo mismo sobre la vestimenta de los hombres.

 

Incluir a mujeres en las coberturas

Es común que, de manera a veces inconsciente, se busquen a hombres como fuentes para las investigaciones que se hagan. Lo que se recomienda es ampliar la perspectiva y buscar a especialistas o mujeres que nos puedan hablar del tema, de modo que se tengan diferentes puntos de vista.

 

Mostrar a hombres y mujeres

Se recomienda generar coberturas en las que se presenten a hombres y mujeres ocupando cargos de importancia similares.

 

Evitar estereotipos sexistas

Los estereotipos sexistas van de la mano con los roles de género que son comunes en nuestras sociedades, por lo que debemos evitarlos para no caer en expresiones sexistas; como podría ser el presentar a mujeres sólo como amas de casa, o víctimas, y a los hombres como triunfadores o líderes.

Esto incluye evitar expresiones como “calladita te ves más bonita”, “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”.

 

Aplicar reglas de inversión

Cuando tengas alguna duda acerca de si lo que redactaste puede considerarse sexista o contiene estereotipos, usa una regla de inversión: piensa todo como si estuvieras haciendo referencia a algún hombre. Esto te servirá para ver si hay alguna desigualdad en el trato.

Por ejemplo: “El capitán del Ejército, Pablo Nuñez, recibió una distinción acompañado de su hermosa esposa”. Invirtiendo los sexos quedaría: “La capitana del Ejército, Maribel Chávez, recibió una distinción acompañada de su hermoso marido”.

 

Propiciar contenidos con perspectiva de género

Proponer temas de investigación o de entrevistas que ayuden a representar las desigualdades o dificultades de las mujeres y de los demás grupos vulnerables (comunidades LGBT, personas indígenas, personas mayores, niñas, niños y adolescentes, etcétera), como una forma de visibilizarlos y generar un debate con respecto a sus situaciones.

Las imágenes

Algunas recomendaciones hechas por organizaciones especializadas en derechos humanos para el uso de imágenes con perspectiva de género en los medios de comunicación son:

  • Presentar a hombres y mujeres participando en actividades libres de estereotipos de género.
  • Visibilizar la diversidad, es decir, presentar los diferentes tipos de personas que hay.
  • No usar el cuerpo de la mujer como un objeto sexual, esto incluye cuidar las expresiones de las mujeres de modo que no pueda considerar que tienen alguna carga de insinuación sexual.
  • Evitar imágenes en las que los hombres muestren una actitud de superioridad o que las mujeres aparezcan en un papel de sumisión.
  • Equilibrio numérico, es decir, buscar que haya presencia equitativa de hombres y mujeres, en los casos que sea conveniente.

 

 

Referencias

Agencia de la ONU para los Refugiados. (2018). Recomendaciones para el Uso del Lenguaje Inclusivo de Género. Recuperado de https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2018/11627.pdf

América Latina Genera, PNUD. (2012). Manual de género para periodistas. Recuperado de https://www.eird.org/orange-day/docs/genero/manual-de-genero-para-periodistas-pnud.pdf

Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Gobierno de Chile. (2016). Guía de Lenguaje Inclusivo de Género. Recuperado de https://www.cultura.gob.cl/wp-content/uploads/2017/01/guia-lenguaje-inclusivo-genero.pdf

Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. (2015). Recomendaciones para el uso incluyente y no sexista del lenguaje. Recuperado de https://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/GuiaBasica-Uso_Lenguaje_INACCSS.pdf

EFE. (2019). Manual de Comunicación No Sexista. Recuperado de https://www.efeminista.com/main-files/uploads/2019/04/Manual-de-Comunicaci%C3%B3n-No-Sexista.pdf

Instituto Nacional de las Mujeres. (s.f.). Guía para el Uso del Lenguaje Incluyente. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/138054/INMUJERES_LENGUAJE_INCLUYENTE.pdf

Instituto Nacional de las Mujeres. (2018). Manual de Comunicación No Sexista. Hacia un Lenguaje Incluyente. Recuperado de http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/101265.pdf

Tribunal Constitucional de la República Dominicana. (2017). Guía para Informar con Perspectiva de Género. Recuperado de https://www.tribunalconstitucional.gob.do/servicios/publicaciones/guía-para-informar-con-perspectiva-de-género/