Una clase con Guillermo del Toro

Por: Alejandra Quechol Delgado

Asistir a la Masterclass de Guillermo del Toro fue una experiencia inspiradora, porque aunque el mundo está en un momento desesperanzador, siempre hay ungüentos para el alma y uno de ellos está en el cine.

El pasado 5 de marzo, los organizadores del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) dieron a conocer que Guillermo del Toro daría dos Master Class (que después se convertirían en tres) denominadas De Geometría a La Forma del Agua.

El primer reto fue conseguir boleto. Una odisea de más de 3 horas intentando acceder a la página, que estaba saturada desde antes de las 12 del mediodía, hora en que se liberarían los accesos. Finalmente lo conseguí.

La fecha llegó. El 10 de marzo, al llegar a la explanada del Conjunto de Artes Escénicas, vi una estructura que delimitaba un grupo de gente formada. Ellos esperaban lo mismo que yo, que el reloj marcara las 4 de la tarde para poder ingresar a la clase de Guillermo del Toro, misma que arrancó con aplausos de las mil 800 personas de pie que ensalzaban al tapatío.

La plática tuvo tres ejes principales: La forma del agua, la cinematografía en general y la inspiración para los jóvenes. Sobre su más reciente película, explicó que fue concebida en 2012 y que inicialmente la pensó como una película muda y en blanco y negro. Además, mostró orgulloso los premios Oscar que recibió por mejor dirección y mejor película.

Contó que para las escenas en el agua, empleó una técnica llamada “seco por mojado”, es decir, humo en cámara lenta. Los zapatos en esa escena fueron animados en postproducción y además se pegaron algunas burbujas en la piel de los actores para que la inmersión en el agua se viera más realista.

Sobre la cinematografía exhortó a concebir ideas contraintuitivamente, para no crear “ecos” de lo que ya existe. Es decir, si se desea hacer un gran drama, sería pertinente retroalimentar tu idea con otros géneros como fantasía o terror. O bien, si se desea generar una sensación vigorosa, se debería partir de lo menos usual para que impacte en la audiencia, de tal manera que ésta se pregunte qué se sentirá.

En cuanto a las historias, Del Toro explicó que es necesario realizar guiones pensados en audio e imagen con el fin de poder generar con ellas un producto audiovisual. Además, hizo énfasis en la importancia que tiene el lenguaje cinematográfico: colores, iluminación y encuadres.

Finalmente, habló sobre la libertad de creación que todos tenemos. Se dirigió a todos los jóvenes para explicar que lo mejor que se deja es el camino que es trazado para los que vienen detrás. Guillermo no pintó un mundo fácil, ni rosa. Lo dibujó real y con baches. Explicó que las oportunidades no se otorgan por terceros, se crean con fe y “con huevos” y dijo que es necesario tener miedo cuando se habla de realizar un proyecto, porque si te emociona a ti, entonces emocionará a los demás.

“El camino que te ha formado, te permite formar a otros”. Por eso, para Guillermo su mexicanidad y sus experiencias de vida son las que le han permitido hacer cine y apoyar a que otros también lo hagan.