Alumnos de la IBERO logran patente médica
Por Carlos Oropeza Cortés | Estudiante de Comunicación
Elsa García Calleja, Ana Bárbara Pulido Vallejo, Jesús Raúl Rocca Castillo, Sebastián García Santaella e Israel Vázquez Mejía, estudiantes de la Licenciatura en Diseño Industrial de la IBERO Puebla, y el doctor Juan Domingo Porras Hernández obtuvieron la patente por parte del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) del proyecto Módulo Simulador Quirúrgico, llamado también MOSIQ, el cual busca servir para la capacitación de cirujanos pediatras para realizar operaciones en bebés recién nacidos.
Tres integrantes de este equipo se reunieron con Contratiempo para platicar acerca de su simulador y explicar el proceso de creación, dificultades y la trascendencia que ha generado.
¿De dónde surgió esta idea de dónde nace este proyecto?
Elsa: La universidad ya tenía un convenio con el Hospital del Niño Poblano desde antes que nosotros tomáramos ASE II, entonces para cuando nosotros tomamos el curso ya existía la idea de trabajar con el doctor Juan Domingo Porras Hernández. Ya se tenía la idea de trabajar en conjunto con la universidad y preguntaron quién quería trabajar, al inicio éramos tres equipos que terminaron por fusionarse en uno, ya que el proyecto era muy amplio.
¿Era un proyecto ya iniciado?
E: No iniciado, sino que había una idea de hacer algo así.
Sebastián: Había una necesidad que atender, el hospital y, sobre todo, los doctores, la externaron y ahí fue donde entramos.
Israel: Anteriormente, lo que se había utilizado para solucionar el problema era una propuesta rudimentaria que en realidad parecía casero, cuando nos mencionaron la dimensión del problema no sabíamos exactamente a qué nos íbamos a enfrentar. Nos mostraron cómo lo habían resuelto, con instrumentos que no precisamente eran quirúrgicos para practicar. Ahí surge la necesidad de involucrar el diseño porque no es nuevo este fenómeno, muchas veces pasa que el doctor o en general cualquier profesionista se enfrente a un problema y lo resuelva con los instrumentos que tenga.
¿En qué consiste este proyecto?
S: En pocas palabras es un simulador que busca representar un cuarto del tórax de un neonato para que los doctores puedan trabajar esa área y practiquen esa cirugía con la mínima invasión posible para curar una malformación llamada atresia esofágica, que es cuando el esófago sale desconectado y lo tienen que unir.
Anteriormente, estas cirugías se hacían de manera expuesta, al hacer una sola incisión grande para poder trabajar, esto hace que el neonato esté propenso a una infección o que el doctor tenga un mayor margen de error entonces lo que se busca, entre otras cosas, es reducir riesgos en la operación a través de tres incisiones pequeñas y así elevar las posibilidades de vida del neonato.
I: También está la parte estética ya que, al hacer este tipo de cirugías, el niño crecerá con una cicatriz de aproximados 20 centímetros y que ya no convergen con su estética física, entonces con esta mínima invasión que son tres cortes de tres milímetros. Por eso actualmente no lo practican muchos doctores, el cuadro en donde tiene que trabajar es un espacio de tres centímetros por tres centímetros.
La operación requiere una habilidad motriz que el doctor debe dominar ya que la visión va dirigida a otro enfoque mientras que la habilidad motriz está en otra parte. Lo que nosotros teníamos que hacer era desarrollar estas habilidades que, aunque sí existen y están dedicadas al sector adulto, cambian radicalmente con los neonatos ya que se trata de un recién nacido, cuyo organismo todavía no se ha terminado de desarrollar y por eso se vuelve más delicado el caso.
¿Cómo fue la preparación para realizar un proyecto ligado a la medicina?
I: Cada integrante tenía un interés ligado a la medicina, pero el meternos a investigar, aprender y conocer todo esto, lo que el doctor Porras lleva estudiando durante mucho, nosotros tuvimos que condensarlo en seis meses. Al principio existieron muchos errores ya que no sabíamos algunos factores que involucra la operación y así se perfeccionaron los detalles.
¿Qué otras dificultades encontraron al llevar a cabo este proyecto?
I: Sobre todo entender que el proceso médico es muy preciso y que también nosotros teníamos que cambiar nuestro chip porque, no estábamos ofreciendo un producto para generar ingresos o para satisfacer un deseo, sino que estamos tratando con la vida de alguien más. Estamos ofreciendo algo que, si nosotros fallamos, el doctor probablemente fallará y si eso pasa, la vida del niño está en riesgo, alguien depende de nosotros.
Tuvimos que enfrentarnos a este choque porque estábamos acostumbrados a otras cosas y el cambiar nuestra mentalidad y adentrarnos al tema fue algo complejo. La investigación fue pesada ya que tratábamos con cosas muy técnicas y al principio no teníamos noción de eso ya que no estudiamos esa área. Eventualmente vino el proceso de diseño, que es nuestro fuerte, pero antes tuvimos que considerar varios aspectos, finalmente adaptarnos al ambiente que nos encontrábamos.
Necesitábamos considerar muchos factores como la funcionalidad pero también la parte de deseabilidad, la experiencial que queríamos darle al doctor, ocupamos hacer una retórica muy profunda, sobre todo en el desarrollo conceptual y contemplar lo que el doctor no sólo necesita sino aspira.
S: Adaptar la libertad de nuestra formación nos da a nosotros como diseñadores a la rigidez y estructura que existe en el ambiente médico y encontrar esta coalición positiva entre ambas partes sin caer en la ingeniería médica, mantener siempre el diseño.
¿Cuál es la importancia de su proyecto?
E: Creo que hay dos puntos de vista, desde el aspecto médico es ayudar a generar mejores profesionistas en el área médica para que los neonatos tengan una mayor posibilidad de vivir una vida plena.
Ir abriendo una brecha, sobre todo en esta área, que necesita una alta especialidad para atender, ya que se trata de un problema muy concreto y puede revolucionar los avances médicos para los neonatos.
También, nuestra aspiración es hacer nuevos módulos que se adapten a nuestro diseño para diferentes cirugías dentro de los neonatos y tratar otras malformaciones o complicaciones que pudieran tener, porque nosotros como estudiantes, entendemos que en un país con varias crisis políticas, ambientales, sociales o culturales necesita propuestas que puedan promover de alguna manera el bienestar social.
Qué bien para la medicina y qué bien saber que jóvenes estén tan consientes de la problemática social y médica, que sigan así y encuentren en la IP el campo laboral que ayude a sacar ese potencial humano y de expertise demostrado. Felicidades a esta escuela sus jóvenes estudiantes y a los padres y madres.
Hola, quisiera hacer la observación de que me omitieron en la fotografía de la publicación, siendo que para esa fecha ya se habían tomado fotos con todos los miembros del equipo.
Hola, disculpa, la fotografía nos las proporcionaron del Área de Comunicación Institucional, te pedimos una disculpa, era la única imagen que teníamos cuando se mandó a imprimir el periódico.