Carta a la Casa Común
Reflexiones desde la espiritualidad ignaciana sobre el compromiso con la Casa Común
Escrito por Lízbeth Díaz Cruz
Querida Casa Común:
Te escribo estas palabras sin saber muy bien, ¿por dónde empezar?…
Sé que no has estado muy bien desde hace algún tiempo. No sé si fue desde hace un par de años, cuando la pandemia de la desigualdad, la pobreza y la inseguridad social arrasaron con millones de vidas. O tal vez fue desde hace un par de siglos, cuando una de las tantas y diversas humanidades que te habitamos, propuso un sistema económico-político que permitió el desarrollo de valiosas tecnologías, pero a costa del despojo y la sobrexplotación de la vida. O quizá, fue desde hace un par de milenios, cuando llevamos a la muerte de cruz a un ser que cometió uno de los peores crímenes humanos: Creer en un reino donde todas las formas de vida pudiéramos convivir en armonía, poniendo en el centro la solidaridad y la justica. Así que dime, ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste plena?
No pienses que con estas palabras busco re-victimizarte, ni tampoco que deseo que pienses de nosotras, las humanidades, como las villanas. La realidad es que tanto tú, como nosotras, estamos profundamente heridas.
Hubo un tiempo en el que éramos un solo cúmulo de magia cósmica, que estalló en forma de una gran diversidad de colores, sabores y olores. Fuimos criaturas amadas desde el primer momento y se nos confirió la tarea de administrar todos los regalos que nos diste de tal forma, que pudiera preservarse la dignidad de todas las formas de vida a través del tiempo. Pero como dice el Papa Francisco en la Encíclica Laudato Sí, llegó un tiempo en el que entendimos todo mal. Las ofertas de gloria y prestigio fugaces, nos llevaron a entendernos no como administradores, sino como colonizadores. Dejamos de creernos como parte de ese cúmulo de magia cósmica y te pusimos a nuestro servicio.
Sin embargo, quiero insistirte que no todas las humanidades hemos reaccionado igual a lo largo de la historia. Últimamente, se dice que la devastación ecológica es de carácter antropogénica, es decir, causada por las actividades humanas. Pero Vandana Shiva, ecofeminista decolonial, cuestiona el miedo que siente la hegemonía de hacerse responsable de sus actos y de aceptar que la crisis climática es en realidad de carácter capitalogénico, es decir, causada por las actividades del sistema económico-político capitalista, machista, racista, especista y demás “-istas” que la herida colonial dejó en diversos territorios.
Y hasta cierto punto, entiendo por qué actúa así la hegemonía. En mi propio mapeo de vida, reconozco que he tenido miedo muchas veces. Hacernos responsables de tu cuidado no es una decisión fácil, pues implica desapegarnos de modos de vida que nos prometen llenar vacíos existenciales con excesos de cosas materiales, reconocimientos de éxito y aprobación de la sociedad. También implica renunciar a la falsa idea del gozo y alegría absoluta, que invisibiliza y niega el sufrimiento propio y de la otredad derivado de múltiples formas de violencia.
Un tal Ignacio de Loyola, alguna vez también se enfrentó a ese miedo. Se reconoció lleno de privilegios y comodidades y sintió que había perdido su propósito de vida cuando perdió la posibilidad de éxito y reconocimiento. Pero gracias a esa pérdida, se dio cuenta de que que la acumulación sólo era posible si había desposesión. Así, él nos invita a asumir la espiritualidad ignaciana no sólo como una filosofía de vida sino como una postura política que nos posiciona en defensa, no sólo de la vida, sino que de la vida digna de todos los seres que te habitamos. También nos invita a reconocer nuestras heridas, abrazar nuestros miedos y contradicciones y a reconsiderar el dolor no como un enemigo, sino como un guía de la indignación social.
Antes de despedirme, quiero decirte que no pierdas la fe en nosotras, las humanidades. Desde muchos territorios ya nos estamos organizando para cuidarte y defenderte. Otras economías, sistemas de organización política y formas de relacionarnos contigo desde el cuidado ya se están construyendo.
Hasta que la dignidad se haga costumbre,
LDC.
Referencias
Francisco, P. (2015). Laudato SI: Carta encíclica del Sumo Pontífice Francisco Sobre el
Cuidado de la Casa Común. En Vatican. Recuperado de https://www.vatican.va/content/dam/francesco/pdf/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si_sp.pdf
IPCC. (2007). Interpretación y atribución antropogénica del cambio climático. En Informe
del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental de Expertos Sobre Cambio Climático. Recuperado de https://archive.ipcc.ch/publications_and_data/a4/wg1/es/tssts-6-3.html
Shiva, V. & Mies, M. (1997). Ecofeminismo: teoría, crítica y perspectivas. Madrid: Icaria.
SJ. (2019). Pedagogía Ignaciana. Madrid: Mensajero.