Encontrando compañía e inspiración en la soledad
Sarah Ibañez Farga
Estudiante de Diseño de Animación e Interacción
Al comenzar la pandemia, la verdad lo tomé muy mal. Desde que inicié terapia, me indicaron que ir a la universidad, salir a distraerme y ver gente en general, me hacía bien. Entonces, pensar en que estaría restringida en casa por un tiempo indefinido, me causó demasiada ansiedad.
Vivo con mi mamá, quien ya es algo mayor, y mi abuela de 85 años, así que las restricciones empezaron de inmediato. Mi hermana vive en España, así que fue otro factor negativo. Por unos meses me encontré extremadamente estresada y destruida, no me hacía bien mentalmente no tener con quien hablar o no poder salir ni siquiera a la tienda. Por lo que cuando comenzaron a indicar que la cuarentena se prolongaría, decidí tomar acción.
Siempre quise comenzar un canal de gameplays en Youtube, y practicar mis animaciones en After Effects, así que decidí usar este tiempo para ponerme a trabajar en eso. Compré lo necesario, averigüé cómo lograr hacer lo que quería, y comencé a grabar. Eso me ayudó mucho mentalmente, ya que, aunque estuviera sola, podía hablar en voz alta y fingir que le hablaba alguien; sé que suena algo triste, pero me parece muy divertido.
Eso me mantuvo distraída un buen rato, y hasta el día de hoy es algo que hago y disfruto mucho. También decidí trabajar en enfocarme más en dibujos y animaciones personales. Comencé a ver un montón de series animadas que nunca tuve la oportunidad de ver, y de ahí inspirarme para ampliar mis conocimientos en animación y explorar un poco más mi creatividad.
Una de las dificultades más grandes que tuve fue que mi mamá se quedó sin trabajo, lo cual empeoró la situación económica en casa, y ahora tengo que trabajar a parte de tomar clases en la universidad, y ser su asistente en sus clases en línea ya que no sabe utilizar una computadora.
Por lo general, y por mi condición médica, siempre me encuentro muy cansada y con cambios de humor, y se me dificulta despertarme en las mañanas por mi medicación, así que tomar clases en línea me ha ayudado ya que me ahorro el tener que arreglarme y tomar el autobús. También he notado que como mejor, me di cuenta que antes por el estrés de la uni me saltaba muchas comidas y me la pasaba corriendo de un lado a otro. Si bien aún hay estrés en mi vida, más incluso diría, ahora como estoy en casa me aseguro de comer mejor.
Lo último que me pasó fue que, no sé cómo, me enfermé de COVID-19, posiblemente por tomar un paquete infectado, pero después de una semana difícil, me puse bien y creo que, aunque estoy desesperada, puedo seguir adelante con esto.
Texto publicado en el número 89 de Contratiempo