Ser Millennial
Por María Guadalupe Cedillo Mata
Estudiante de Relaciones Internacionales
“Si los millennials no quieren nada y ellos son el futuro, entonces el futuro está en medio de la nada”. Es así como el periodista de El País, Antonio Navalón, se refiere a la famosa Generación Y; una generación nacida entre 1981 y 1995, misma que ha sido severamente criticada y calificada de malcriada, narcisista, egoísta, impaciente, perezosa y esclava de la tecnología.
Cada día son más las personas que desprecian a este grupo de jóvenes, haciéndolos responsables de los problemas que el mundo actualmente sufre. Sin embargo, el cuestionamiento que haría falta plantearse sería ¿es esta la realidad de las más de 1.8 millones de personas que conforman los llamados millennials?
Al respecto, el pasado miércoles 23 de agosto como parte de la ceremonia de inauguración de cursos de la Universidad Iberoamericana Puebla, la Dra. Rossana Reguillo Cruz presidió la Lectio Brevis con el tema Abrir la Universidad: Ser joven en tiempos de tormenta. En ella, la Dra. Reguillo reflexionó sobre el pensamiento adultocéntrico que insiste en ver a los y las millennials como “personitas inacabadas” y carentes de experiencia.
Posiblemente existan personas que vivan como esas críticas lo señalan, pero lo cierto es que generalizar la concepción de lo que significa ser joven ha llevado a que la sociedad vaya olvidando tan importante sector de la población.
Desde el punto de vista de una millennial, puedo decir que mi futuro y el de la mayoría de las personas de mi edad se ve constantemente impregnado de desilusión, inestabilidad y resignación. No obstante, no creemos que sea solamente falta de actitud o de acción la causante de este particular escenario; el “querer es poder” simplemente ya no es suficiente.
La pobreza, la falta de trabajo, el continuo incremento de los precios en bienes y servicios, la inseguridad, la corrupción y un país en donde acabar la preparatoria es un privilegio no son problemas que una sola generación haya podido haber creado. Llega un punto en donde cualquier joven que intenta desarrollarse va a ser detenido por algún obstáculo predeterminado, muy difícil de superar.
Es en extremo complicado pedirle a los millennials que sigan el ejemplo de sus padres, de sus líderes actuales y de las instituciones en las que se desenvuelven, cuando gran parte del desconcierto que nos genera el futuro fue causado por ellos mismos. Muchos estamos decididos en no repetir los errores del pasado; sin embargo, los recursos con los que contamos para hacer de esto una realidad se van agotando cada vez más.
No hay duda alguna en que el mundo cuenta con gente joven brillante, capaz de seguir viviendo en un ambiente hostil y escaso de oportunidades, por lo que es de suma importancia, como lo hace la Dra. Reguillo Cruz, exhortar a la “morritud” a pelear contra la verdad que se repite sobre ellos, porque de lo contrario nosotros mismos acabaremos por creerla.