Ser profesional es ser ético
Bogarth Alexander Carrasco Palacios
Licenciatura en Derecho
No hay buenas sociedades, sin buenos profesionales. Las profesiones son siempre actividades colectivas, en busca de metas generales, sin embargo, cada profesión tendrá su meta en específico, la cual deberá tener un reflejo positivo en la sociedad. Desde que iniciamos la carrera debemos preguntarnos ¿Cuál es la meta de nuestra profesión?, que de no cumplirse o transgredir se puede corromper la sociedad. La pregunta es ¿Cómo llegamos a ser buenos profesionales y a cumplir dichas metas?
Es donde entra la importancia de la ética profesional, la sociedad legitimara la profesión a medida de reconocimiento y validez otorgado, para que esto pase deben existir 2 cosas importantes: la responsabilidad de la profesión y la confianza en el vínculo entre las personas. Para que estas dos actitudes prevalezcan Adela Cortina nos introduce dos bienes de la profesión, los internos y externos. Los bienes internos, son los que la sociedad debe y merece tener; por su parte los externos son los otorgados al profesional en su ejercicio, el dinero, el poder, el respeto y el reconocimiento.
Cuando el profesional busca los bienes externos por encima de los bienes internos, este se corrompe y por ende corrompe a la sociedad. El seguir este camino lleva al alejamiento de un profesional ético y a la pérdida de la confianza y la responsabilidad profesional; pues según la misma Adela Cortina el que juega por el impulso, hace trampas.
De tal forma, los profesionales deberán realizar actividades colectivas producidas desde bienes internos, ya que podrían corromper a la sociedad y manchar su misma profesión; debido a que no son actividades individuales. De manera justa y a fin de cumplir, el profesional debe ver a las personas como un fin y no como un medio para alcanzar sus impulsos, como también debe ubicar dichas tentaciones y evitarlas.
Por su parte la sociedad, además de legitimar las profesiones debe exigir de ellas dos características principales, los profesionales deben tener vocación, y tener en cuenta el bien que le puede generar a la sociedad. La segunda característica es la excelencia, profesionales virtuosos al servicio de la sociedad; ahora dicha excelencia dice Adela Cortina no se debe medir en comparación con los demás, sino en comparación con uno mismo. Superarse en lo personal, para dar lo mejor a la sociedad.
En conclusión, el permear la tentación de los bienes externos y el saber dónde están esas tentaciones, servirá como una especie de vacuna; esto no significa olvidar los dichos bienes, porque son ellos los que podrán dar impulso día a día al profesional, sin embargo, el ejercicio de la profesión no debe basarse en ellos.
Hay una relación de la profesión con la sociedad, a través de la justicia y la confianza. Buenos profesionales hacen una buena sociedad.