Vivir o existir: dilemas de la bioética
Ensayo realizado por Adriana Stefani Castillo Díaz y Ma. Fernanda Quintanar Almaguer alumnas de la asignatura Dilemas de la bioética y la biotecnología que imparte la Dra. María Belén Castaño Corvo. Se reproduce de manera íntegra.
Decía Oscar Wilde que “vivir es la cosa más rara del mundo. La mayoría de la gente sólo existe y eso es todo”. En ocasiones nos vemos forzados a afrontar los muchos conflictos que la vida tiene para ofrecer. Desde cosas que parecen insignificantes como una mueca por otra persona, un plan que no ha salido bien o un mal día, hasta golpes tan duros como una separación, una grave enfermedad, incluso una pérdida completa de sentido, de esperanza en que la luz se colará entre la oscuridad que lo consume todo. Todo lo que eres, todo lo que fuiste alguna vez y todo lo que podrías ser.
No es poesía, es la perspectiva de aquellos que sufren de condiciones y enfermedades incurables. Los seres humanos a quienes se les ha privado el derecho a una vida y muerte dignas, por una mera existencia vacía.
Eutanasia. La palabra que condena. La palabra que salva. La palabra que no se ha de mencionar. ¿Qué es? Se le define como una omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitar sufrimiento, por ello es que se le denomina como “la muerte sin sufrimiento físico”.
Dicho esto, se trata de una palabra poco grata debido al choque que representa entre la ciencia, la moral, los sentimientos tanto de quien ha de recibirla, como de sus seres queridos, e incluso la religión, entre muchas otras cuestiones.
Quienes están en su defensa aseguran que lo mejor para el paciente es ponerle fin a su dolor. Rechazan la prolongación artificial de la vida, ya que para ellos conlleva una privación de la dignidad.
En cambio, quienes están en contra consideran que la vida del prójimo es jurisdicción de nadie y por ende no debe atentarse contra la misma. Incluso ante el pedido del mismo paciente, o los familiares que han de responder en su nombre si éste se encuentra incapaz de hacerlo. Además, se encuentran preocupados por las consecuencias que lo mismo pueda tener, por ejemplo, en leyes resbaladizas que afecten a los más vulnerables, permitiendo todo tipo de suicidio.
Esto nos presenta cara a cara con un dilema ético. Antes de entrar a fondo, hemos de definir lo que es. Los dilemas en sí, se denominan como situaciones en las que es necesario elegir entre dos opciones igualmente buenas o malas. Lo ético, por su parte, es aquello que se ajusta a las normas morales: es decir, se adapta a lo que se considera bueno, positivo o aceptable, a menudo reflejos del entorno que nos rodea.
Fragmento del texto publicado en nuestra edición 78, disponible en los revisteros de la Universidad.