Mi experiencia en Villa IBERO
Aurora Miguel Castillo
Estudiante de Diseño Industrial
Al pensar en Villa Ibero no se me viene a la mente un edificio, sino felicidad. Quizás no puedo describirlo a la perfección porque es un conjunto de sentimientos que nadie puede entender hasta que lo experimenta. Vivir en residencias es una aventura que no tiene comparación puesto que, además de ser foráneo y enfrentarse a los problemas que esto conlleva, también estás inmerso todo el tiempo en la Universidad.
Villa ibero para mí es el significado de un refugio para todos los foráneos. En mi caso en especial, no conocía la ciudad, así como a nadie en ella. Pero el estar rodeada de personas que enfrentaban el mismo problema de estar lejos de casa, me ayudó a superarlo porque al escuchar las diferentes experiencias te das cuenta de que sólo es un escalón más qué te ayuda a crecer como persona. Te sientes abrazado por personas que te quieren ayudar al igual que divertirse contigo.
Uno de los pilares más importantes dentro de este proceso son los amigos que haces, ya que compartes experiencias únicas y creces con ellos. El convivir con ellos todos los días crea un vínculo especial porque te ven en todas tus facetas, así mismo la adaptación se vuelve más divertida. Con todas estas personas nunca te sientes solo, siempre hay algo que hacer y conocer, en pocas palabras se vuelven tu familia. Además, aprendes mucho más del país por el choque cultural. En mi caso siempre sucede con el quesillo ya que todos le dicen queso Oaxaca, así mismo descubres tradiciones que hay en otros estados como la rama, que fue una de las que más me sorprendió, o formas diferentes de referirse a las cosas.
Es importante recalcar la red de apoyo que creas a través de esto, puesto que estás acompañado no sólo por tus amigos, sino por la Villa que se preocupa por tu estabilidad. Para mí esto es lo que hace la gran diferencia en la experiencia universitaria que se vive como foráneo porque puedes pasar por distintas fases: de sentirte muy emocionado hasta extrañar todo lo que conocías, el hecho que sepas que hay alguien que está al pendiente de ti cambia todo. Además, sabes que siempre puedes pedir ayuda sin importar la situación que vivas, porque no serás juzgado, aquí encuentras un espacio seguro y privilegiado. Hoy en día no muchos tienen esta oportunidad.
Además de contar con mucha diversión también hay mucho crecimiento personal. Por mi parte tengo la oportunidad de ser Acompañante de Residencia (AR) lo cual me ha mostrado que hay mucho más en la Universidad que solo ir a estudiar. A través de ello he podido conocer temas que normalmente no vería en la carrera y que puedo aplicar todos los días, además me ayudan a crecer como persona, a conocer a los demás y conectar con ellos. Este cambio que mi vida tuvo fue para bien, durante esta experiencia he conocido jóvenes universitarias de diferentes edades y gustos, con algunas es fácil crear un lazo de comunicación y acompañamiento, pero con otras es más complicado. Pero a pesar de esto, ha valido la pena.
A través de este viaje, he aprendido mucho sobre mí y mi independencia. El ser acompañante de residencia me ayudó a entrar en una nueva etapa de mi vida, es gratificante ver cómo esta ha cambiado a través de esta experiencia. Soy completamente diferente a la que era con sólo 18 años y estoy muy orgullosa de la persona en la que me he convertido por todos esos aprendizajes. Nunca encontraré las palabras para expresar esa pequeña casualidad que fue en mi vida hallar el folleto de Villa IBERO.