Tiempos de convivir con una misma
Por Ana Itzel Garcia Roque
Han pasado tres meses desde que empezó mi primer confinamiento, aún recuerdo aquel sábado 14 de marzo cuando el gobierno federal anunciaba que se suspenderían las clases presenciales y ahora todo sería en línea. Yo no sabía qué iba a pasar, al principio no le tomé gran importancia y pensaba que el martes mis profesores me dirían qué hacer, pero no, eso no sucedió.
Al inicio me hizo muy feliz el saber que tendría mucho tiempo libre para hacer literalmente todo lo que quisiera, claro dentro de mi casa, porque como fiel amante de pasar las tardes y fines de semana viendo series en la comodidad de mi hogar, el no salir no era una gran preocupación para mí, o eso pensaba.
La verdad es que esta cuarentena me ha enseñado mucho, aunque también me ha retado bastante, he tenido que aprender a organizarme para trabajar en línea y continuar con mis clases, algo con lo que he batallado bastante.
Pero también me he demostrado que se disfrutar del tiempo conmigo misma y aunque extrañe el salir a correr o ir al cine, la verdad es que he descubierto nuevos pasatiempos y retomado algunos otros, creía que muchos de ellos no los extrañaba hasta que recordé lo bien que me hacen sentir.
Hay días en los que no todo parece tan monótono y otros en los que ya no veo la hora de que esto acabe, pero lo que es cierto es que esta es una gran oportunidad para acercarnos a quienes teníamos tan cerca pero aun así estaban distantes, nuestra familia, pues son quienes antes veíamos por la mañana antes de irnos a la universidad y por la noche antes de ir a dormir, pero no disfrutábamos como tal el tiempo con ellos y ahora que se encuentran en la misma situación que nosotros y están trabajando desde casa, sí podemos hacerlo.
Quizá la incertidumbre de cuándo terminará mi primer confinamiento haya cesado un poco y ya no esté tan ansiosa por eso, como cuando estaba por terminar abril y visualizaba los días que había pasado en mi casa como algo eterno, durante los cuales ya había hecho mucho, y tenía la noción de que habían pasado dos meses, pero aún sigo esperando el día en que pueda ir al cine otra vez, volver a salir con mis amigas e incluso el día en que vuelva a poner un pie en mi universidad.