Centroamérica y México: Una Historia Vinculada
Por: Fernando Arnoldo Colocho Navidad y Yoselin Ivette Gamez*
Cuando uno conoce sobre el exitoso Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), surgen muchos cuestionamientos: ¿por qué no se escucha frecuentemente sobre este modelo de integración?, ¿el encuentro con Centroamérica está determinado por el país en el que se vive? ¿qué más se desconoce sobre esta ubicación geográfica?
A nuestro parecer, tanto en áreas de estudio como en la vida cotidiana, la región latinoamericana más cercana a México parece ser sinónimo de desconocimiento. La prevalencia del tema comercial con Norteamérica despliega una persiana que impide el involucramiento directo con la región, los acuerdos multilaterales, principalmente con Europa, restringen el voltear hacia el centro del continente.
Si analizamos con detenimiento, Centroamérica es un puente regional natural entre América del Norte y América del Sur; además funge como un paso interoceánico entre el Pacífico y el Atlántico. Esta región es geográficamente rica en biodiversidad y posee alrededor del 12% de las costas de Latinoamérica y el Caribe.
Acorde con el Estado de la Región 2008, Centroamérica es cada año más poblada, es más urbana, con una creciente población joven, una economía abierta al sistema internacional y con democracias electorales. (1)
Con respecto a los orígenes del proceso de la integración centroamericana, el anhelo de reunificación es inherente desde la independencia de la Corona Española, que inició con la conformación de las Provincias Unidas del Centro de América en el año 1823, las cuales se denominarían posteriormente la República Federal de Centro América con un período de acción desde 1824 hasta su disolución en 1839.
La República estuvo integrada por los cinco Estados: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica dado que en aquel entonces Panamá formaba parte de la Gran Colombia, Belice era una colonia británica aún y República Dominicana se encontraba bajo el dominio de Haití. El último presidente de la República Federal fue el renombrado General Francisco Morazán, el principal impulsor de la visión de una Patria Grande Centroamericana.
Posterior a la fragmentación de la federación, y con la conformación de los cinco países centroamericanos que conocemos a la fecha, no hubo esfuerzos por retomar los ideales integracionistas hasta el 14 de octubre de 1951 cuando se firma la Carta de San Salvador que crea la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA).
La ODECA tuvo un ámbito de acción desde 1951 hasta el 13 de diciembre de 1991 cuando se firma el Protocolo de Tegucigalpa que origina el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
En la actualidad, el SICA se encuentra integrado por ocho Estados Miembros: Belize, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y República Dominicana. A partir del proceso de relanzamiento de la integración centroamericana en el año 2010, su accionar regional se enfocó con base en cinco pilares prioritarios: integración económica, integración social, seguridad democrática, gestión integral del riesgo y cambio climático así como el fortalecimiento institucional.
México se incorporó como observador regional del Sistema el 11 de noviembre de 2004, hecho que fue calificado como un paso trascendental para el fortalecimiento de las relaciones entre el país y la región por el entonces canciller Luis Ernesto Derbez.
Cabe destacar que desde el año 2000 han existido intenciones de mayor colaboración entre México y Centroamérica como es el caso del Plan Puebla Panamá, no vigente hoy en día. Sin embargo, una de las mejores muestras de vinculación México-SICA sucedió el 26 de octubre del año en curso.
Los dos actores junto con la sociedad civil, el sector privado y público, la academia, así como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), atendieron a una de las situaciones que más apremian a la región; la migración. Por ello, se produjo la firma de la Declaración de San Pedro Sula.
Este instrumento compila propuestas con respecto a la movilidad de personas en la región y representa una de las más significativas aportaciones al Pacto Mundial sobre los Refugiados, además, a diferencia de otros documentos de este tipo, identifica y postula las motivaciones a migrar propias de la zona, desde la violencia hasta la falta de empleo.
Dicha Declaración apuesta por un “enfoque solidario” (2) a través de visas humanitarias, un Mecanismo de Protección en Tránsito y Programas de Movilidad Laboral, por solo mencionar algunas acciones futuras.
Considerando todos los puntos expuestos anteriormente, es pertinente que el involucramiento de México con Centroamérica apunte hacia una visión de progreso regional compartido, por medio del desarrollo de nuestras potencialidades geoestratégicas y la continuidad en la apertura de espacios de diálogo y cooperación técnica-financiera hacia los proyectos ejecutados por el SICA.
La sociedad mexicana puede replicar a escala, las acciones estratégicas y los principales avances del modelo de integración más completo y cohesionado de América Latina para así lograr: una próxima unión aduanera total entre los tres países que conforman el Triángulo Norte, la aprobación de una Política Regional de Igualdad y Equidad de Género, propiciar un crecimiento del comercio intrarregional a pesar de la contracción del comercio mundial, la negociación y compra conjunta de medicamentos para la región, contar con un Plan Maestro Regional de Formación en Seguridad y Justicia, así como un Marco Estratégico de Prevención de la Violencia para los países del SICA.
* Los autores son Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), El Salvador, y estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la IBERO Puebla.
- Estrategia Regional Ambiental Marco 2015-2020
Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) - Para conocer más: http://www.acnur.org/fileadmin/scripts/doc.php?file=fileadmin/Documentos/BDL/2017/11338