COVID-19 y lo que ha significado para mí
Ana Paola Morales Garzón
Estudiante de Ingeniería Biomédica
Hola, amigo lector, para empezar, quiero agradecerte por darte el tiempo de leer estas líneas. Me llamo Ana Paola, tengo 18 años, actualmente curso el segundo semestre de mi licenciatura, y quiero contar un poco sobre mi experiencia en estos últimos meses.
La principal dificultad con la que me he topado durante este periodo de pandemia es precisamente la forma a la que me obligó a terminar el bachillerato e iniciar mi vida universitaria, de una forma totalmente virtual y desde casa, cosa que de alguna manera me desanimó un poco al principio, ya que nunca me imaginé empezar así una carrera, pero he aprendido a adaptarme casi a la perfección.
Esto no quiere decir que ya no extraño mi estilo de vida pasada, mucho más dinámica, pues tenía que trasladarme de la escuela a mi casa para comer apresurada y hacer un par de cosas antes de salir de nuevo a entrenar fútbol y hacer otras actividades; en otros días salía con amigos o con mi misma familia ya sea al cine, a hacer ejercicio o para un simple paseo con mi perro.
Respecto al tema familiar, he tenido la oportunidad de convivir más con mi hermana al estar en casa, pero no en gran medida con mis padres, ya que ellos pertenecen al sector salud y continúan laborando. Esto me hace tener sentimientos encontrados ya que me siento contenta y orgullosa que de alguna forma están contribuyendo para combatir esta enfermedad, pero a la vez temo por su vida y su salud de ambos, debido a que continuamente están expuestos.
Las salidas que hago ahora se han reducido a tal vez una o dos por semana para hacer compras en el super o ir a visitar a mis abuelos, he dejado de jugar fútbol por el encierro y a veces por cuestión de las tareas. Debo decir que me tomó algo de tiempo adaptarme a todo este cambio de preparatoria a universidad, pero siento que lo he logrado exitosamente dado que termine con un buen promedio el bachillerato, como en un principio me lo propuse, he logrado entrar a la carrera que quería y, a pesar de que personalmente sentí el primer semestre demasiado pesado, pude continuar cumpliendo en tiempo y forma todos mis deberes y mantengo hasta ahora un buen promedio.
Estando en casa estás rodeado de distracciones y a veces terminas eligiendo ver televisión o dormir un rato, he aprendido a administrar mejor mis horarios, ahora tengo tiempo para ambas actividades, e incluso he vuelto a hacer ejercicio que en un principio dejé y he descubierto también nuevos hobbies, además mis padres afortunadamente ya han recibido la vacuna, igual que mis abuelos, cosa que me deja mucho más tranquila.
He aprendido que está bien no siempre estar bien, se vale detenerse un tiempo, pero después de ello hay que continuar, hemos perdido gente y hay que recordarlas, y también hay que valorar a quienes aún tenemos, con la COVID-19 hemos visto lo mejor y peor de las personas, afortunadamente la mayor parte es buena y eso me devuelve la paciencia y la fe en la humanidad que empezaba a perder hace unos meses.
Texto publicado en el número 89 de Contratiempo