Familia, amistades y conocimiento interior: formas de relacionarnos en la nueva normalidad
Por Miranda Cid Nieto
A casi un año del confinamiento por la contingencia por COVID-19 en México, tanto nuestra familia como nuestras amistades se han convertido en una pieza clave que nos pueden ayudar a volver a un estado de equilibrio en caso de sentirnos abatidos por la pandemia, señaló en entrevista con Contratiempo el Mtro. José Leopoldo Castro Fernández de Lara, coordinador de la Licenciatura en Psicología.
En el caso del papel de la familia, comentó que ésta representa la primera red de apoyo que ayuda a resolver los problemas que surjan en nuestras vidas; pero si antes del confinamiento no se hubiera tenido una buena relación, pueden surgir conflictos.
“La familia para todas las personas es muy importante, es donde aprenden a conocer el mundo. Pero al mismo tiempo es un lugar en el que la gente acaba cansada porque debe seguir cumpliendo un rol asignado”, el cual normalmente no se tiene con las amistades, puntualizó.
Sin embargo, Castro Fernández de Lara comentó que para mantener las relaciones sanas con las y los demás, en primer lugar es necesario aprender a “habitar el mundo interior”, algo que no se nos enseña habitualmente: estar en contacto con nosotros mismos para estar a gusto y transmitirlo a los demás.
De igual forma expresó que es importante mantener vivas las redes de comunicación de calidad, lo cual no depende del número de contactos sino en la calidad de éstos.
Como ejemplo de lo anterior planteó retomar las relaciones que nos hacen construirnos como personas, que nos hacen crecer, tanto con miembros de la familia, incluso con quienes no tenemos a nuestro alrededor, como los amigos, pues lo importante es mantener la comunicación con gente que nos hace sacar algo bueno por dentro.
Este es un momento que puede servir para recuperar ciertas relaciones que se encuentran adormiladas, pero, como mencionó el coordinador de Psicología, estas formas de relación tienen que ser compatibles con el habitarnos a nosotros mismos y no interactuar como forma de escape, sino como lugar de encuentro.
Por otra parte, indicó que si bien en los últimos años, incluso antes de la pandemia, las redes sociales se volvieron un sustituto del contacto presencial, pues a través de un dispositivo se crean nuevas formas de encuentro con gente con la que se comparten intereses, estas relaciones mediadas por una pantalla son más superficiales ya que no hay un contacto real, y de esta manera pues es difícil reconocer al otro, además que son transitorias.