No es “ni una menos”, es “ni un victimario más”
Por: María Guadalupe Cedillo Mata
El pasado viernes 16 de marzo, integrantes de la Comunidad Ibero Puebla nos manifestamos sobre el cruce peatonal del Boulevard del Niño Poblano con el objetivo de expresar nuestra inconformidad ante la situación de violencia contra las mujeres en el Estado de Puebla.
No es la primera vez que la Ibero asume una posición en contra del continuo aumento de feminicidios, ya que el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ (IDHIE), a través del Observatorio de Violencia Social y de Género de Puebla (OVSGP), ha condenado en diversos momentos dichos crímenes.
Sin embargo, el intento de violación-feminicidio del cual fue víctima nuestra compañera Irlanda, nos obligó como comunidad a demandar justicia para ella y para todas aquellas mujeres que fueron y que están en curso de ser dañadas por la radicalización de practicas discriminadoras.
La noticia sobre Irlanda llegó a odios de la comunidad universitaria dos días después de que ocurriera el hecho. Algunos nos enteramos por publicaciones en redes sociales y otros tantos por notas periodísticas que propagaban información erronea. Al principio se pensaba que el ataque fue perpetrado dentro de las instalaciones de la Ibero, lo que generó una ola de críticas hacia las autoridades universitarias por mejorar la seguridad que ofrece la institución, y se intentó desvirtuar la atención del verdadero problema: la violencia de genero.
La noche del jueves 15, la comunidad Ibero se reunió para discutir las medidas que son necesarias tomar para exigir una vida libre de violencia en el Estado. Se escucharon grandes aportaciones de compañeras y compañeros preocupados, pero comprometidos por erradicar la violencia de género.
Es dentro de este contexto que se decidió organizar un plantón sobre el Boulevard del Niño Poblano al día siguiente, no con el objetivo de causar revueltas sin sentido o impedir que la gente laborara, sino de exigir a las autoridades competentes la #AlertaDeGéneroYA y buscar una solidarización con Irlanda y las más de 200 mujeres asesinadas por cuestiones de género en Puebla.
La manifestación fue intermitente, es decir, no se afectó de manera total el flujo vehicular ya que cada determinado cambio de semáforos, los estudiantes nos retirábamos hacia los camellones para dejar pasar automóviles. Dicha modalidad de manifestación fue elegida para alcanzar el mayor público posible y propagar el mensaje en un espacio mayor.
El lema “no es ni una menos, es ni un victimario más” hace referencia a la tendencia que existe por parte de la sociedad y del Estado de olvidar a aquellas personas que cometen crímenes por odio al género, lo cual genera una revictimización de las mujeres directamente afectadas. El Sistema de Justicia mexicano y la cultura discriminadora colectiva impiden liberar de responsabilidad a las mujeres por las agresiones que han sufrido, inclusive después de su muerte.
La manifestación fue una primera respuesta ante el hartazgo y miedo de varios estudiantes, mismos que tomamos conciencia de la situación actual del país y utilizamos cada espacio disponible para resaltar la importancia de exigir justicia y libertad para todos. La comunidad entiende que, si bien la alerta de género no garantiza una solución mágica a la problemática, sí facilita su reconocimiento y la implementación de acciones necesarias para procesar el crimen.
La lucha continúa, puesto que la violencia hacia las mujeres es insostenible. Las autoridades se resisten a la adopción de protocolos para la identificación de feminicidios al mismo tiempo que maquillan las cifras y mienten sobre la verdadera realidad nacional. Es entonces deber de la ciudadanía dar el primer paso frente a tal violación sistemática de derechos humanos.
Más allá del actuar por beneficios personales o por miedo a ser un número más, se debería de mantener siempre en mente la humanidad de las personas afectadas por la problemática. Nadie merece ser tratado como ciudadano de segunda clase, nadie merece ser asesinado por medios tan crueles y denigrantes, nadie merece vivir a través del temor.