Emprendimiento Social: una alternativa necesaria y urgente de organización económica
Por: Silvana Corres, Luis Fernando Alonso y Pedro Alejandro López
Estudiantes de la Maestría en Gestión de Empresas de Economía Social
Palabras clave: emprendimiento social, organización, valor social, cambio social, cooperación
A lo largo de la historia, los seres humanos han logrado satisfacer sus necesidades a través de distintas formas de organización económica, las cuales se han ido adaptando de acuerdo al contexto histórico, social y político en el que se desenvuelven.
Actualmente nos encontramos inmersos en un sistema capitalista neoliberal que ha generado una economía desigual, excluyente, competitiva y destructora, la cual prioriza la maximización y acumulación de bienes individuales por encima del desarrollo social y sostenible. En respuesta a esto, diversas movilizaciones y proyectos en contra del sistema económico dominante han ganado mayor posicionamiento a nivel internacional y han reivindicado nuevos principios de organización (Wanderley, 2015:11), muchas de ellas orientadas al fortalecimiento de mecanismos encaminados a resolver problemáticas sociales de forma colaborativa y a través de proyectos que generen valor social y sean replicables a gran escala.
Con base en esto, este artículo tiene como objetivo presentar al “emprendimiento social” como alternativa de organización económica para lograr el desarrollo sostenible e inclusivo de la sociedad, así como señalar su importancia ya que a través de éste es posible lograr satisfacer las necesidades de las personas de una manera más justa a nivel social, político, económico y ambiental.
El emprendimiento ha sido estudiado desde distintos ámbitos y contextos, sin embargo, hasta el momento no se cuenta con una definición base del concepto de “emprendimiento social”.
Bargsted (2013) señala que éste se refiere a una orientación laboral y social específica, centrada en el desarrollo de proyectos laborales y sociales que implican elaborar, ejecutar y sustentar iniciativas orientadas a la superación de una dificultad social, y el logro de un beneficio común para un grupo humano, ya sea por medio de actividades empresariales o social-comunitarias.
Guzmán y Trujillo (2008) argumentan que el emprendimiento social es un tipo específico de emprendimiento que busca soluciones para problemas sociales a través de la construcción, evaluación y persecución de oportunidades que permitan la generación de valor social sostenible, alcanzando equilibrios nuevos y estables en relación con las condiciones sociales, a través de la acción directa llevada a cabo por organizaciones sin ánimo de lucro, empresas u organismos gubernamentales.
Por otra parte, podemos señalar que sus ejes principales consisten en que los emprendimientos sociales correspondan a ser un motor de cambio, sean creadores de valor social y tengan en cuenta que el impacto social no debe ser puntual, sino lo más escalable posible (Fundación Seres, S.A.).
Tomando como referencia los elementos teóricos expuestos, podemos caracterizar a los emprendimientos sociales de la siguiente manera:
Tabla 1. Caracterización: Emprendimiento Social
La Tabla 1 muestra una propuesta de caracterización de los emprendimientos sociales
(Elaboración propia).
A partir de la información presentada anteriormente, es claro apuntar que uno de los desafíos primordiales especialmente de los emprendimientos sociales es lograr que su sistema de producción y ventas se encuentre en equilibrio con su objeto o misión social, y para que esto sea posible es necesario dar un nuevo significado a las herramientas del mercado convencional y utilizarlas en favor de la resolución de problemas sociales.
En este sentido, la “cooperación” resulta ser el motor urgente que debe conducir las acciones de los emprendimientos sociales, que debe ir más allá de acciones o proyectos momentáneos en situaciones determinadas o que surjan a partir de una necesidad específica. La “cooperación” debe traducirse en un “liderazgo compartido”, es decir en dar relevancia a todos los miembros de la organización en relación a su trabajo y a la toma de decisiones para desarrollar y ejecutar determinado proyecto.
Para que este cambio de visión sea posible, es necesario desarrollar iniciativas que se ejecuten a partir de la creatividad y de un detonador que se traduzca en un agente que impulse el cambio social y económico de manera cooperativa y no impositiva.
Finalmente, es necesario señalar que “la innovación no es posible sin cooperación” (Wanderley, 2015:93), pues para innovar se necesita de capital humano de calidad para el desarrollo de los distintos proyectos. Es así como la competencia y la cooperación no son contradictorias, pues vivimos inmersos en una sociedad con múltiples necesidades que deben satisfacerse para mejorar la calidad de vida de las personas, es por esto que el equilibrio (sostenibilidad) entre competencia y cooperación resulta ser clave en los nuevos tipos de dinámicas económicas, en este caso de los emprendimientos sociales.
Bibliografía
Bargsted A., M. (2013). El emprendimiento social desde una mirada psicosocial. Civilizar, 13(25), 121.
Fundación Seres. ¿Qué es el emprendimiento social?. S.A. Disponible en: [https://www.fundacionseres.org/Paginas/Campus/BuenasPracticas.aspx?IDe=34].
Wanderley, Fernanda. Desafíos Teóricos y políticos de la economía social y solidaria lectura desde América Latina. Hegoa– CIDES, Bilbao, España. 2015.