La opresión de un feminismo universalista
Estudiante Larissa Ellian Juárez Bárcenas
Licenciatura en Literatura y Filosofía
El feminismo tiene un origen racista, clasista e incluso homofóbico y en nuestra actualidad es claro que tenemos que hacer una crítica consciente a aquellas “ramas” del movimiento que, en lugar de liberar, buscan seguir oprimiendo a los demás. Es evidente que el feminismo no es una lucha por sí sola, sino que se encuentra atravesada por las ideologías, así como los sistemas de creencias de aquellas mujeres que se manifiestan en el movimiento, lo cual genera una complejidad en torno a la lucha y a lo que se busca lograr con esta.
Es innegable que vivimos en una sociedad patriarcal, pero las mujeres no somos la únicas que vivimos la opresión debido a este sistema y tampoco podemos declarar que el patriarcado mismo es lo único que nos oprime. Ignorar al capitalismo como un problema fundamental, es por lo menos ingenuo, así como pensar que ya no vivimos en un modelo colonial.
El capitalismo se apoyará en el patriarcado, que le servirá de palanca para conseguir sus objetivos y, paralelamente, lo reforzará. El hecho de que las mujeres estén relegadas —por el patriarcado— a las tareas domésticas, permitirá a los capitalistas justificar la sobreexplotación salarial de las mujeres con el argumento de que su trabajo será menos productivo que el de los hombres. (Comanne, 2020).
La modernidad misma nos conduce a una alterofobia, generando una desconfianza a los mundos no blancos. Haciendo así una crítica a los feminismos universalistas que solo perpetúan la validación de lo occidental, provocando la creencia de que lo occidental y blanco es lo global. La modernidad también trae consigo la ruptura de las tradiciones “bárbaras” etiqueta traída por occidentes a civilizaciones que no comparten su idiosincrasia. Arrebatándoles sus estructuras todo en voz del progreso, respaldado incluso en el feminismo.
Occidente “ve la barbarie de dejar a las mujeres en estado de desposesión, pero no ve la barbarie de la desarticulación colonial/moderna de la vida comunitaria, y mucho menos se preocupa por crear los mecanismos necesarios para restaurar el tejido colectivo damnificado” (Segato, 2014, 605). Todo por el desprecio sistemático a lo ajeno, lo distinto, lo que no comulga con los mecanismos de un occidente moderno y progresista. Ahora todo es regido a partir de una óptica de derecho positivo universal, por lo que una hermenéutica en las normas afrodescendientes, indígenas, latinoamericanas, así como el resto de mundo no blanco se hace indispensable, para comprender más allá de una simbología occidental.
Tal como lo expone Elena Yasnaya en su texto Escribir ante la catástrofe “El orden del mundo tiene como pilares tres grandes sistemas: el colonialismo, el patriarcado y el capitalismo” (Yasanya, 2020). Lo que logra establecer una mejor observación sobre aquello que el sistema mismo oprime, pues a pesar de que todas las mujeres vivimos oprimidas por el patriarcado, debemos cuestionar los valores occidentales que ya tenemos arraigados, y como estos oprimen más allá. Evidentemente en esta pirámide de privilegios, el que se encuentra hasta arriba es un hombre blanco heterosexual y rico; pero el que las mujeres blancas no cuestionen su privilegio y globalicen sus problemas excluyendo a otras mujeres, es tan peligroso como el hecho de que se perpetúen las voces opresoras del patriarcado a través de aquellas que no quieren encarar el problema.
Es por esto que nos debemos abrir a un feminismo interseccional, que comprenda la complejidad de la problemática traída por el sistema. Pues generalizar las opresiones de género, como si algunas mujeres por su color, su preferencia sexual o su clase social no gozaran de privilegios, mientras que otras padecen por estás mismas condiciones, es un ejercicio que solo continua con la cadena de injusticias por vivir en un mundo que todo lo busca cosificar.
Debemos elegir el camino de las huelgas feministas, por qué debemos unirnos con otros movimientos anticapitalistas y antisistema, por qué nuestro movimiento debe convertirse en un feminismo para el 99%. Solo de esta manera, conectando con los activistas antirracistas, con los ecologistas y con los activistas de los derechos de los trabajadores y de los emigrantes, puede el feminismo estar a la altura del desafío de nuestros tiempos. Al rechazar de manera decidida el dogma del lean in y el feminismo del 1%, nuestro feminismo puede convertirse en un faro de esperanza para todos. (Arruzza, Bhattacharya et. Al., 2019, p. 13).
Necesitamos un orden y una verdadera comprensión del fenómeno, un profundo análisis y, por lo tanto, entender que la lucha tiene muchos más esquemas. A través de esta reflexión, de quitar las vendas que se han creado, se quiere crear conciencia y por lo tanto generar un verdadero cambio. Dejar de ver a la otredad como un medio, erradicar esa enfermedad capitalista que busca el utilitarismo a toda costa, visualizarnos más allá de lo que podemos aportarle a la industria. Eliminar esa idea de que como ser humanos nuestro valor es superior, no solo entre nosotros, sino con el resto del mundo con el que convivimos. Una verdadera radicalidad feminista, buscará romper el sistema que se nutre de la opresión para avanzar, así como los animales y la naturaleza no están hechos para que nosotros los usemos a nuestro beneficio, las mujeres tampoco están llamadas a ser madres y las personas no son simples números que trabajan para producir y consumir. Hay que mirarnos a los ojos en esta sociedad podrida de banalidades, hay que ser conscientes de las realidades ajenas a las nuestras y con mucho trabajo luchar de la mano para coexistir en una verdadera dignidad.
Referencias
Arruzza, C., Bhattacharya, T. & Fraser, N. (2020). Manifiesto de un feminismo para el 99%. Digital: E-PUB libre.
Comanne, D. (2020). ¿Cómo el patriarcado y el capitalismo refuerzan en forma conjunta la opresión de las mujeres? CADTM. http://www.cadtm.org/Como-el-patriarcado-y-el
Segato, R. (Mayo-Agosto 2014) EL SEXO Y LA NORMA: FRENTE ESTATAL, PATRIARCADO, DESPOSESIÓN, COLONIDAD. Revista Estudios Feministas. Vol. 22
Yasanya, E. (2020). Escribir ante la catástrofe. el país. https://elpais.com/elpais/2020/02/23/opinion/1582473048_542500.html