¿Qué tan conveniente es hacer pública tu vida privada ? El riesgo de las cuentas abiertas
Ivanna Ocampo
Estudiante de Diseño Industrial
Aunque a simple vista el compartir fragmentos de nuestra vida parece de lo más inofensivo, la cantidad y el tipo de información que dejamos en nuestras redes puede tener más impacto de lo que parece. En los inicios de las redes sociales parecía haber campañas para concientizar sobre medir la cantidad de datos de identificación que se registraban públicos, especialmente en aplicaciones como Facebook, con tal de prevenir que esa información llegara a personas con intenciones maliciosas. Se aconsejaba mantener ocultos principalmente elementos de contacto directo, como el número telefónico y correo electrónico, pero con el tiempo se ha hecho más estrecha la brecha entre lo que es mejor mantener privado y lo que no.
Aplicaciones como Instagram, Twitter y Tik Tok han desarrollado nuevas formas de interacción para que sea más fácil para los usuarios subir lo que hacen o piensan en tiempo real. Esto ha permitido que sea común ver diariamente actualizaciones de amigos, familiares e incluso desconocidos. Si bien la premisa de las redes sociales está en permitir que las personas se conecten con otras, es importante recordar que el contenido que publicas está disponible para todo miembro de la red y el no restringir tus cuentas puede atraer atención que quizá no estés buscando.
Por supuesto que todo usuario es libre de publicar de su vida diaria como desee y son respetables sus motivos, pero hay algunas decisiones que pueden determinar el control que tiene sobre el contenido que sube. Empezando por la privacidad de las cuentas: el tener una cuenta sin restricciones de seguimiento para ver su contenido, puede facilitar conseguir seguidores, por lo que suele ser atractiva para aquellos que quieran ser populares, sólo que al estar abierta también permite que otras personas accedan a la información sin la necesidad de identificarse.
Dejar a la vista de todos fotografías, videos y actualizar constantemente datos que permitan identificar rutinas, lugares visitados o hábitos dan demasiada información sobre qué hacemos, con quién y por qué. Con amigos y familiares, esta información es útil para tener una noción de lo que estamos viviendo sin necesidad de interactuar personalmente, pero se torna un riesgo que esa misma información esté a la vista de desconocidos. Existe la posibilidad de que aparezcan personas que crean conocerte a través de tus fotografías o se hacen una idea de tu personalidad a través de interpretar tus publicaciones y aunque parece inofensivo, puede tornarse en una situación de acoso, estafa o suplantación de identidad, tomando fotos tuyas.
Como conclusión diría que las redes son un espacio para compartir con personas que conoces, aprecias o estás dispuesto a relacionarte, de modo que a menos que quieras ser una figura pública completamente, es recomendable restringir quién tiene acceso a tu contenido. No todos los que te sigan tendrán malas intenciones, pero es mejor mantener el control de quién sabe cosas sobre ti y en caso de que se haga mal uso de algo que tú subiste sea más fácil identificar al culpable.