El equipo de basket, mi segunda familia
Julián Miguel Saldaña Nicolás
El llegar a un equipo nuevo siempre es una total incertidumbre para un jugador novato. Cuando entre a la IBERO Puebla tenia miedo debido a que no conocía a nadie del equipo de básquetbol. Recuerdo que el primer día decidí llegar unos minutos antes al entrenamiento, esos minutos para mi transcurrieron demasiado lento, podría decir que sentí que fue una hora de espera.
Al conocer al equipo me sentí muy aliviado debido a que no solo se sentía el compañerismo, sino que también se podía llegar a sentir una hermandad y hasta un sentimiento de familia en el equipo. Fui muy bien recibido por todos mis compañeros de equipo y de inmediato me sentí muy cómodo con el equipo y el coach Ramiro Condado.
Al paso del tiempo me di cuenta de que el equipo era como una segunda familia para mi, debido a que el problema de uno resultaba el problema de todos y siempre se apoyaba a quien necesitara la ayuda, de igual manera las alegrías de uno eran de todos. Por ende, todos estábamos conectados con una misma meta y sueño, el cual era obtener un lugar en el podio en los INTERSUJ que se llevaron a cabo en la Ciudad de Guatemala. El trabajo que todos tuvimos en ese semestre fue enorme, todos estábamos conectados y nos enfocábamos en una sola meta, estar en el podio.
El viaje a Guatemala es algo que no cambiaria por nada, las experiencias que viví, los buenos y malos momentos, son invaluables para mi. Por desgracia la meta no pudo ser alcanzada ese semestre, pero ese viaje nos consolido aun más como una familia en donde existe el apoyo mutuo, la solidaridad, el compañerismo, respeto y sobre todo la diversión no faltaba. Agradezco a la IBERO Puebla, al coach Ramiro Condado y a mis compañeros de equipo debido a que parte de mi crecimiento personal es gracias al apoyo que he recibido por parte de ellos, sin el cual no me encontraría en este punto de mi vida.