Reflexionan acerca de intervenciones del espacio público en movilizaciones feministas
Por Miranda Cid Nieto
El pasado 31 de enero, el Departamento de Arte Diseño y Arquitectura IBERO Puebla llevó a cabo el conversatorio “Intervención en el Espacio Público”, el cual tuvo como objetivo el análisis del por qué se toman espacios comunes por parte de colectivos y cuál es el contexto que lo propicia.
En el conversatorio participaron Andrea Cordero Zorrilla, restauradora y especialista en retablos; Zak Ocampo Plasencia, especialista en la restauración del patrimonio textil y miembro de Restauradoras con Glitter; la arquitecta Sofía Rojas Paz; e Itzel Sánchez Martínez, integrante de la colectiva Acción Directa Autogestiva (ADA) y vocalista en la banda punk anarcofeminista Las Ingobernables.
Cordero Zorrilla explicó lo que significa patrimonio cultural, el cual es una representación que simboliza a una comunidad, pues se le confieren valores y significados que se encuentran en constante transformación y operan en función de la sociedad que lo disfruta; esta carga simbólica le aporta un sentido de identidad, de pertenencia y al mismo tiempo, de fe a la sociedad.
En cuanto a las manifestaciones feministas que se presentaron en la Ciudad de México durante 2019, la restauradora comentó que la reacción de las mujeres responde a un fenómeno de la violencia, pues México se encuentra entre los países más peligrosos del mundo.
Recordó que la Columna del Ángel de la Independencia fue severamente dañada por el sismo del 19 de septiembre de 2017, lo cual la dejó sumamente frágil y peligrosa, algo que nadie visibilizó y muy pocos comentaron; sin embargo, criticó, cuando un grupo de mujeres “vandalizan” al Ángel, todo el mundo se preocupa por su estado.
Manifestaciones como reflejo de la actualidad
Ante estas situaciones, los restauradores se encargan de proteger la memoria histórica, y por ello registran todas las pintas y manifestaciones, pues cada una tiene mensajes directos que reflejan el padecimiento de la sociedad ante un problema o situación.
Sofía Rojas Paz comentó que, ante la preocupación causada por la apatía de la gente, varias restauradoras y restauradores decidieron trabajar en colectivo para analizar la situación y las reacciones de las personas ante las manifestaciones feministas.
Resultado de lo anterior, emitieron un comunicado en el cual declararon que, a pesar de que como restauradores reconocen el valor de un monumento, la violencia hacia las mujeres es un tema mucho más grave y al cual es necesario darle una voz.
De igual forma, la arquitecta expresó que “no sólo se trata de patrimonio cultural, sino de hacer ciudad, de hacer espacio. No son cosas que están dadas, sino que se deben construir y que cuando no responden, tenemos que exigirlas”.
Por lo anterior, dijo, es importante que la sociedad empatice y se enfoque en la verdadera causa de las pintas para otorgarle apoyo y una voz más fuerte.
Violencia machista
Por su parte, Zak Ocampo Plasencia comentó que la violencia machista hacia la mujer es un problema que existe desde hace muchos siglos, pero que ha aumentado de una manera colosal desde hace aproximadamente 20 años, siendo algunos ejemplos las “muertas de Juárez”, las mujeres y niñas prostituidas en el Estado de México, en Puebla y a lo largo y ancho del país.
Ocampo Plasencia expresó que no ha existido respuesta por parte de la sociedad, ni del Estado, pues “cada vez que nos manifestamos, la sociedad más nos rechaza y más nos criminaliza. Ese es justamente el objetivo de Restauradoras con Glitter, detener esa criminalización y empezar la visibilización de nosotras y de las agresiones para poder frenarlas”.
Rojas Paz añadió que las autoridades y los medios de comunicación se encargaron de brindar información distorsionada y sesgada acerca del estado de la columna del Ángel, pues según información proporcionada por La Data, una colectiva dedicada a realizar cuantificaciones de datos sobre diversos sucesos en el país, de cada 50 noticias que publicaban, aproximadamente 42 eran sobre las pintas y el resto trataban sobre la razón de estas.
Zak Ocampo agregó que, después de la colocación del tapial por el gobierno de la Ciudad de México en la columna del Ángel de la Independencia, las restauradoras y los grupos feministas en general, se encargaron de intervenirlo al tejer corazones y montarlos junto con algunas pinturas realizadas, transformando las exigencias de las mujeres en arte, aunque el gobierno de la ciudad se encargó de pintar sobre las manifestaciones pasadas algunas horas.
Intervención del espacio
Por último, la activista, Itzel Sánchez Martínez, comenzó su intervención invitando al público a escribir sobre un papel la frase “YoPrefieroElRío”, como forma de manifestación. Después de ello, incitó a la gente a reflexionar sobre lo que está pasando actualmente en el país e intentar romper jerarquías.
“Una intervención es algo que modifica el espacio, algo que lo hace vivir, que le quita sus sentido monumental y anacrónico. Una intervención es un grito que rompe el silencio, una herida expuesta que deja salir la podredumbre. Una intervención reclama justicia, una intervención trae a las y los desaparecidos. Una intervención hace memoria, genera imaginario y autodeterminación. Una intervención es la pregunta, la contradicción y también la respuesta. Es renombrar los deseos. Una intervención es la voz de la rabia, de la dignidad, de la organización y de la ternura radical”, enfatizó.
Sánchez Martínez cerró el conversatorio comentando que los espacios públicos son lugares donde el capitalismo patriarcal y el estado patriarcal disfrazan sus ofensivas con progreso; lugares donde el pensamiento hegemónico se quiere imponer a través de la desmemoria, cuando en realidad, los espacios comunes tendrían que ser un lugar para crear comunidad y colectividad.