Visitando Plátano y Cacao
Por: Brandon Gamez Godínez
Estudiante de Arquitectura
Jueves, 10 am. Es la hora de partida para que el grupo de diez jóvenes, más el coordinador de Acción Social IBERO (ASIbero) salgan rumbo a la ranchería Plátano y Cacao, ubicada en el municipio de Centro en el estado de Tabasco.
El viaje fue ameno. Entre camarería, se llegó a la población casi a las 8 de la noche, donde las representantes de la Fundación Loyola y el párroco de la capilla nos dieron una bienvenida muy amena. Cenamos, para posteriormente ir a dormir.
Al día siguiente, desde temprano comenzaron las actividades. En punto de las 10, después del almuerzo y anuncios, se recibió a las promotoras de salud que nos darían una plática respecto a su labor. Cerca de 10 mujeres se presentaron para compartir su experiencia de más de 40 años. Nos hablaron de cómo se han enfrentado al machismo que reina en la zona, donde sus parejas se oponían a su labor altruista, lo cual no fue motivo para que ellas renunciaran. Se volvieron más decididas y se dieron cuenta que ellas pueden elegir qué hacer, así como que cuentan con derechos.
Muchas personas se acercaron para conocer su labor, que consta de elaborar remedios naturales en base a plantas y herbolaria antigua, que han pasado de generación en generación. Nunca faltó quien se acercó a ellas pretendiendo interesarse en el tema, pero sólo era para obtener un beneficio económico, cosa que las promotoras de salud no buscan, ni desean. El gobierno, igualmente, ha sido un freno en su labor, al prohibir muchas de las plantas que ellas usan. Todo esto no las ha detenido y han seguido a avanzando en apoyo a la parroquia y su comunidad.
No es un camino fácil, debido a que algunas se tienen que desplazar muchos kilómetros para llegar al laboratorio, donde, por así decirlo, preparan sus remedios.
Después de esta plática se nos invitó a pasar un día con alguna de las promotoras. En lo personal tuve la fortuna de quedarme en casa de Isabel, en compañía de un amigo. Igual dos amigas se quedaron en casa de Teresa, que es la que podría decirse, tiene de las mayores antigüedades en el grupo.
Pasamos la tarde platicando y conviviendo con ellas, para posteriormente salir a misionar en compañía de Isabel. Al caer el sol nos reunimos en casa de otra promotora de nombre María donde hicimos una oración, para después degustar una deliciosa cena que incluyó un exquisito flan.
A la mañana siguiente mi amigo y yo nos despedimos de Isabel y fuimos en compañía de Don Chepe rumbo a Villahermosa al Eco-tianguis que la parroquia y habitantes de la ranchería organizan cada último sábado del mes.
Ahí nos reunimos con nuestras compañeras y ayudamos a montar el puesto. Se vendían plantas, remedios, jabones artesanales y joyería hecha a mano. A la par de esto, nuestros compañeros que se quedaron en la ranchería, asistieron al laboratorio de las promotoras donde pudieron realizar grabaciones para la campaña de acopio que la Fundación Loyola está llevando a cabo.
Hacia las 3 de la tarde, todos nos reunimos en la parroquia para asistir al encuentro juvenil con un grupo de jóvenes jesuitas que realizan retiros, campamentos y actividades grupales cada semana. Fue una tarde muy agradable, puesto que se nos permitió intercambiar anécdotas, así como jugar un rato. Fue como ser niños otra vez. Fue muy enriquecedor para ambas partes.
Al finalizar esto, se realizó una última filmación donde el párroco de nombre Gary nos apoyó con unos testimonios. Como cierre de la jornada se realizó una oración final, así como compartir nuestra experiencia. Cerca de las 9, se realizó la cena en la cual pasamos un momento de risas y últimas anécdotas. Salimos a la mañana siguiente completamente cansados por un largo fin de semana, pero que en lo personal puedo decir nos enriqueció bastante.
Agradecemos a la Parroquia de Plátano y Cacao, a las promotoras de salud con su gran labor, así como a la Fundación Loyola por permitirnos realizar este viaje, que nos permitió ver más realidades de nuestro México, y cómo el ser humano puede a llegar ser desinteresado en su labor de ayudar. Espero con ansias el siguiente viaje.