Motivación y trabajo en equipo: fundamentos del equipo de básquet varonil
Texto y foto: Alejandra Barroso Jiménez
Hugo Martínez Montalbán es un estudiante de quinto semestre de la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad Iberoamericana Puebla. Desde su infancia, ama practicar deportes como fútbol y tenis. Hoy en día, su disciplina favorita es el básquetbol y es el actual capitán del equipo representativo en la rama varonil de este deporte.
Contratiempo platicó con el también participante del trigésimo sexto encuentro deportivo del Sistema Universitario Jesuita (INTERSUJ), quien, junto con su equipo, cosecharon la medalla de Bronce durante el torneo llevado a cabo del 20 al 25 de octubre en la Universidad Iberoamericana de Torreón.
¿Cómo fueron tus inicios en el básquetbol?
Antes jugaba tenis, pero una vez bajé de calificaciones y fue el pretexto para que mis papás me sacaran. En ese entonces iba en el Instituto Oriente, en segundo de secundaria, y daban básquetbol como taller gratuito. Me inscribí porque un amigo me invitó y desde ahí me empezó a gustar este deporte que me parece fue una gran oportunidad.
¿Qué significó en tu vida hacer un cambio de tenis a básquetbol?
Son deportes muy diferentes. Cuando entré a básquetbol yo no sabía ni botar el balón y el trabajo en equipo era otra cosa porque todos debíamos ir al mismo ritmo. Aquí me percaté del gran reto que sería dejar de jugar de manera individual, como lo hacía en el fútbol, para integrarme con mis demás compañeros. Eso fue la parte más difícil que significó en mi vida este cambio de un deporte a otro.
¿Cuáles son los basquetbolistas y tenistas que más admiras?
En el básquetbol admiro a Michael Jordan porque es considerado como el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, pero no sé de otros jugadores porque actualmente no veo la televisión, ni siquiera el básquet, solo lo juego. Por otro lado, mi ídolo de ese momento cuando jugaba tenis era Roger Federer. Yo creo que, a pesar de las diferencias de ambos deportes, estos dos jugadores tienen algo en común, pues han trabajado mucho para llegar a tener el éxito que tienen.
¿Cómo te convertiste en seleccionado del equipo de básquetbol varonil de la universidad?
Entré al equipo de manera inmediata, desde mi llegada a la universidad cuando comencé primer semestre, en agosto de 2017, y entrené en verano unos días antes de que se llegara mi entrada al equipo. Posteriormente, me hicieron pruebas físicas y empecé a realizar los entrenamientos junto con mis compañeros y nuestro entrenador en el campus de la universidad.
¿Cuáles son los retos que representa ser el capitán del equipo?
Principalmente es el aspecto de la motivación. A pesar de que yo no sea el mejor jugador debo de encontrar la forma de integrar al equipo, motivarlos a que sigan entrenando, que coman bien, etcétera. Básicamente, todo gira en torno a los entrenamientos y a la integración entre cada uno de nosotros para que exista un trabajo en equipo y que todo vaya de la mejor manera. Además, debo concientizarlos de lo que pasa en la universidad, que tomen en cuenta la información de cuando tenemos torneo, qué días entrenamos y en dónde, así como otras cuestiones que platico con el entrenador y que muchas veces yo soy el encargado de comentarlas con el equipo.
¿Qué requisitos debes cumplir siendo jugador del equipo?
Independientemente de los entrenamientos realizados por la noche en las canchas de la universidad, ahorita nos están pidiendo ir al gimnasio y asistir con un nutriólogo. Todos los miembros del equipo debemos llevar una dieta que incluya los diferentes tipos de alimentos de manera proporcional a nuestra complexión y gasto calórico, sin embargo, es difícil llevar al pie de la letra este plan alimenticio si vives solo, como es mi caso.
¿En qué consisten los entrenamientos del equipo de básquetbol?
Para empezar, un día de la semana tenemos que ir por la mañana al gimnasio y hacemos una rutina de una hora que nos armaron en donde trabajamos la parte superior e inferior del cuerpo y fuerza general. Posteriormente, tenemos una sesión de tiro personal desde diferentes puntos de la cancha como de media, tiro libre, de tres puntos, y en unas hojas vamos anotando nuestra efectividad. Por último, en un horario de siete a nueve de la noche, entrenamos en la cancha la parte técnica como defensas y ofensivas, es decir, no nos enfocamos en el físico porque anteriormente ya lo trabajamos.
¿A qué torneos has a lo largo de tu trayectoria como jugador de básquetbol?
Desde que estaba en el Instituto Oriente participé en la Comisión Nacional Deportiva Estudiantil de Instituciones Privadas (CONADEIP), que es el torneo que te da pase a los nacionales, y también en un torneo similar a los INTERSUJ, llamados los Inter-Jesuíticos. Con el equipo de básquetbol de la universidad he asistido a los INTERSUJ pasados y a los este año celebrados en Torreón en donde ganamos la medalla de Bronce. Además, durante este periodo hemos estado compitiendo también en el CONADEIP y he visto mejorías en el equipo, aunque desgraciadamente perdimos nuestro primer partido. Sin embargo, a comparación del semestre pasado, sí se ha logrado un avance significativo de todo el equipo y eso es lo más importante.
¿Cómo percibes el apoyo que se le da al básquetbol en México en comparación con otros deportes?
Como el básquetbol no es un deporte tan popular como el fútbol, que por ejemplo aquí en México y en todo el mundo se arman torneos, es más complicado. En el básquetbol son típicos los torneos organizados por particulares en fines de semana en donde asisten señores y se juega de una manera un tanto irrespetuosa porque el árbitro permite actitudes que no deberían ser, por lo cual, se acaban rompiendo las reglas. Además de todo esto, también influye que el espacio donde se juega sea una cancha de un parque que ni siquiera está bien trazada o con las canastas bien puestas y que tampoco es con un balón permitido. Una persona que busca aprender, muchas veces llega a participar en estos torneos para resistir y lamentablemente se lastiman o sufren una mala experiencia porque no hay más lugares en donde practicar el básquetbol. El problema es que ni en el estado de Puebla, ni mucho menos en el país, hay canchas con las instalaciones adecuadas para poder jugar un partido de básquetbol, por lo tanto, no existe el apoyo primordial en este deporte.
¿Qué consejo le darías a los chicos y chicas que tienen el interés de participar en el equipo de básquetbol de la universidad?
Mi testimonio personal es que el básquetbol me ha ayudado a creer en mi mismo a pesar de mis dificultades físicas, porque soy pequeño, pero he aprendido a no tener miedo y a pensar que, si quiero lograr algo, tan solo debo enfocarme en eso para conseguirlo. Por ello, mi consejo es que no se limiten por sus capacidades físicas, este es un deporte que los ayudará a conocerse mejor y van a desarrollar sus habilidades, además de reforzar otras como el trabajo en equipo. No tengan miedo de de practicarlo, al contrario, aprovechen las oportunidades que ofrece la universidad de acercarlos a una disciplina como esta, y, si quieren formar parte, comprométanse al cien por ciento.