Gabo y el periodismo
Por: Helmer Escobar Ríos
Gabriel José de la Concordia García Márquez, mejor conocido como Gabo o Gabito por sus grandes amigos y allegados, sigue siendo considerado uno de los escritores más importantes del habla hispana y el más importante en la historia de Colombia.
Merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1982 por su novela Cien años de soledad -su obra más representativa-, en su mente y en su corazón siempre tuvo una fervorosa pasión por el periodismo, donde dejó grandes e invaluables aportes que vale la pena recordar y tomarlos en práctica, si se aprecia este bello oficio.
El 14 de abril de 2014, a sus 87 años, García Márquez murió en la Ciudad de México. Gabo siempre sostuvo que él era, ante todo, un periodista. Para él, este oficio era una forma de literatura a la que valía la pena entregarle vocación y vida. Cuando le preguntaban sobre la manera en que aprendió a escribir decía: “Aprendí a escribir cuentos escribiendo crónicas y reportajes”.
Con tan sólo 20 años de edad fue parte de uno de los periódicos más importantes de la época en Colombia, El Universal, de Cartagena de Indias, y desde entonces, siempre declaró su amor por este oficio.
Gabito siempre creyó que el periodismo bien hecho podía llegar a ser un arte y lo demostraba con sus actos. Por ejemplo, tuvo el deseo de realizar un periódico que iba a llamarse El Otro, y que se financiaría con el dinero recibido por su premio Nobel, pero por diferentes circunstancias nunca llegó a materializarse.
En 1994, creó la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano para estimular “las vocaciones, la ética y la buena narración en el periodismo”. Dos años después, el Gabo escribió que “el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad”.
A cuatro años de su muerte, sus enseñanzas siguen inspirando no sólo en el periodismo o la literatura, sino también en la misma forma de vivir.